I´ve Got You Under my skin

I´ve Got You Under my skin
Kaleb y Erick (hermanos Navarro Cezanelli)

domingo, 9 de octubre de 2011

I've got you under my skin


Capítulo 9





Aunque pasen los años, mi alma y mi corazón permanecerán a tu lado.



Tres años han pasado. En donde el egoísmo, la esclavitud y la humillación se hacían presentes a cada momento. Erick y Kaleb aún estaban atrapados en esa cárcel en la que su hogar se había convertido.

-Hagan su trabajo y no digan nada-esa es la continua amenaza de su padre-. No quieren que alguien salga lastimado ¿o sí?-no podían negarse a nada.
Un movimiento en falso y se arrepentirían.



-Erick... ¿estás despierto?-luego de una de las tantas noches en que vendían sus cuerpos, Kaleb fue a verlo en la madrugada.

-Sí...aniki... ¿cómo te encuentras?-Erick se levantaba de la cama y lo invitaba a pasar a su habitación.

-Yo no importo... ¿tú cómo estás?-acariciaba su rostro con dulzura.

-Aniki...-al sentir que sus mejillas se enrojecían, se apartó y se sentó en su cama-. Cada noche que pasa me siento más repulsivo.

-Erick...-trató de acercarse pero el menor se lo impidió.

-Kaleb...no, estoy algo cansado.

-Está bien Erick...-se sentó en silencio, a su lado.

Así eran todas las noches desde que todo esto empezó. Hasta ahora nunca tuvieron la oportunidad de volver a entregarse. Siempre algo sucedía que les impedía estar juntos.

-¿Qué hacen despiertos a estas horas?-ese algo eran sus padres que en todo momento los vigilaban.

-Le preguntaba a Erick si necesitaba algo...-miró a su padre a los ojos-. Por si no lo has notado, está muy cansado después de horas de servicio-hablaba con todo el odio que podía expresar, no soportaba que su Erick estuviera en esas condiciones.

-Está bien...-bajó la mirada-. No se acuesten muy tarde-sus padres se alejaron de la habitación.

-Duerme tranquilo-le dio un beso en la frente y estaba a punto de irse pero su otouto lo detuvo.

-Kaleb...-lo tomó de la camisa y unieron sus labios. Aunque Marco los vigilara, a escondidas, expresaban su amor con húmedos besos y ligeras caricias.






Empieza un nuevo día, Erick tomaba tranquilamente el desayuno cuando escuchó a su hermano discutir con sus padres.

-¡Es suficiente! Erick no puede seguir con esto-aunque su hermano no se lo haya dicho, él sabe que últimamente su otouto no se siente bien.

-Sabes tu posición aquí...si quieres puedes irte...pero si dices algo...ya sabes las consecuencias-Marco le advirtió.

-Está bien hermano…Déjalo ya...-Erick intervino-. Tengo que irme-se levantó de la mesa y saludo a su hermano mayor-. Nos vemos cuando vuelva-salió de su hogar.

-Erick..."Te liberaré de esto, lo juro"-fue hasta su habitación a recoger sus cosas para ir a trabajar. Caminó por en frente de la habitación de Erick y vio un papel arrugado tirado en el suelo.



"Erick:
             
             Estuve analizando las muestras que me trajiste y la verdad es algo difícil decirte esto. Esa droga que te están suministrando está acabando con tu corazón. Debes evitar que ese asqueroso te administre una sola dosis más. Entiende que si esto ocurre, estarás en un grave riesgo. Sé que no quieres comentárselo a Kaleb pero necesitamos saber si son compatibles. Mañana tendré que hacerte unos análisis, no tardes. Te considero mi hermanito así que cuídate. Te mando muchos besos.
                                                                                   Anahí."

-"Lo sabía ¿por qué no me dijiste nada?"-Kaleb salió corriendo.

 


10 hs. 1er distrito: Sweet Apple

Catedral del Instituto Aoi


Erick se encontraba en la catedral junto a los demás alumnos del instituto. Hoy era un día especial….Escuchaban la Santa misa.

-Dios sabe de sus pecados, pero no se asusten hijos míos. Dios los ama-Dante se veía como un buen cura-. Pero deben mostrar un arrepentimiento verdadero.

-¿No te parece genial el padre Dante?-uno de los compañeros de Erick se lo preguntaba-. Tú deberías saberlo, has estado siempre en la Catedral.

-Sí, supongo… “si supieran que ese hombre que se hace llamar un cordero de Dios me violó innumerables veces”-Erick apretaba con fuerza sus puños.

-Hijos míos, por favor, arrepiéntanse de corazón y vengan a recibir la comunión-decenas de chicos hicieron fila cerca del padre para recibir la hostia y a cada uno que pasaba enfrente suyo ponía el trozo de pan ácimo en su boca-. El cuerpo de cristo.

-Qué estupidez…-el azabache murmuraba alejándose de la catedral-. Él es el más pecador de todos…se le nota la cara de lujuria sobre esos adolescentes idiotas-Erick ya no soportaba mirarlo. Lo odiaba. Odiaba a Dante Salazar, ese asqueroso que simula ser el cordero más fiel a Dios-. Mejor me voy a mi salón-se fue calmado pero incomodo, ya que sentía la mirada de Dante en su nuca.


-¡Teme! ¡Escúchame que es importante!-Yamil lo sacudía tratando de llamarle la atención.

-¿Ahora qué?-dijo fastidiado.

-Ya son tres años desde que Nadezhda está evitándome-suspiró-. Y su actitud es rara.

-¿Rara?-Se giró en su asiento para observar a su compañera.

Cuando ésta sintió la mirada sobre ella, le miró a los ojos.



-¿Qué miras Cezanelli?-dijo en tono hostil.

Erick se dio la vuelta.

-Yo la veo igual.

-Pero conmigo no era así-su tono de voz era triste-. ¿Qué puedo hacer?-

-Yamil...-puso una mano sobre su hombro pero sin mirarlo a los ojos-. Todo se solucionará.

Yamil se sorprendió pero luego sonrió.

-Gracias Erick.

-"No podré hacer muchas cosas"-suspiró y miró por la ventana-. "Pero ¿qué hace él aquí?"-vio llegar a Kaleb.

Al poco tiempo entró al aula, en donde los chicos tenían hora libre.

No hicieron falta palabras, Erick sabía muy bien porque su hermano estaba ahí. Un día iba a descubrirlo, los constantes desmayos, la falta de aire y el cansancio frecuente, todos eran síntomas de que algo no estaba bien. Ambos salieron en silencio y fueron hasta el techo del instituto para poder charlar bien.

-¿Me odias?-preguntó repentinamente.

-¿Qué? ¡Claro que no!-se apresuró en contestar.

-Entonces ¿por qué no me dijiste lo que pasaba?-vio como su hermanito bajaba la mirada-. ¿No me tienes confianza?

-No quiero que te conviertas en un asesino por mi culpa-sonrió amargamente-. Cuando pase ya no tendrás más ataduras, escapa así vas a...-no pudo hablar más ya que Kaleb le besó. Era un beso lleno de dolor y frustración.

Lo acorraló con fuerza. Cuando la espalda de Erick golpeó contra la pared, el dolor le obligó a abrir su boca para soltar un quejido de dolor. Kaleb aprovechó e introdujo su lengua mientras sus manos se colaban por debajo de la camisa del instituto.

-No quiero perderte-las manos frías de Kaleb sobre su caliente piel y esas palabras que éste había pronunciado con dolor y desesperación, provocó que las lágrimas en el rostro de Erick fluyeran.

-Pero Kaleb...esto es lo mejor...nosotros ya no...-volvió a interrumpirlo con un beso al mismo tiempo que desprendía los botones del pantalón del menor.

-Erick...-enredó las piernas de su hermano a su cintura-. Soporté todo...que otras personas te tocarán, escucharte gritar del asco por las noches, impotente no podía hacer nada...pero...-le miró a los ojos-. No puedo dejarte ir...no lo soportaría...te amo demasiado-comenzó a prepararlo de a poco.

-Ahhhhh...Kaleb-se aferró a su cuerpo al mismo tiempo que sus manos le bajaba sus pantalones junto con su ropa interior-. No aguanto más...yo también te amo demasiado-tomó el rostro de Kaleb entre sus manos y lo besó tiernamente.

Se unieron después de mucho tiempo.

-Ahhhhh...Kaleb-Erick tironeaba de la camisa de su aniki producto del inmenso placer que sentía. Se abrazó lo más que pudo mientras éste lo arremetía una y otra vez.

-Mmmmmm...Erick...ahhhhh-lamió su cuello y lo chupó hasta saciarse.

Volvieron a unir sus labios para evitar que alguien los escuchara. El éxtasis llenaba sus cuerpos más aún por el lugar en donde se encontraban. Se abrazaban como sí fuera la última vez. Los besos eran apasionados y ardientes. Ya no les importaba nada, sólo el sentirse Las nubes empezaban a acercarse y la tormenta no se hizo esperar. Ella fue testigo del amor de los hermanos que deseaban estar juntos sin esconderse.

 




En ese mismo momento en la Catedral de Aoi…

-Infórmame de tus avances-Dante le hablaba a su asistente, un chico de 20 años de edad con ojos de color miel y cabellos castaños y lacios.

-Sí, mi señor-el joven se acomodó sus gafas y leyó el informe-. Según las investigaciones hechas, la próxima dosis será suficiente.

-Perfecto, buen trabajo Camilo-se acercó y lamió su cuello. Ante está acción, el asistente se estremeció-. Es un placer trabajar para usted.

-Pronto todo terminará y éste imperio nos pertenecerá-Sonreía-. Lástima que tan hermosa criatura sea el sacrificio-pasaba su lengua por sus labios-. Me hubiera gustado probarla más.






-Así que tuvieron hora libre-dijo el profesor al ver el salón echo un caos.

-Profesor Alan siempre ese irresponsable de Martin nos deja así-Se quejaban los alumnos.

-Ya veo-suspiró-. ¿Dónde está…emmm… Erick Navarro Cezanelli?

-Debe estar en la terraza-explicó Yamil-. Cómo no había nadie y su hermano vino a hablar con él...

-Esa no es excusa-habló severamente-. Que alguien vaya por él.

-Voy yo-rápidamente reaccionó Yamil.

-No, de seguro también se pierde-se acercó y con aspecto sombrío le preguntó-. Está bien ¿verdad Yamil?

-S-sí-respondió sudando frío-. "Cada día este profesor me da más miedo".

-Bien, vaya usted-señaló a Nadezhda y ésta salió en silencio.





-"Maldito Cezanelli ¿dónde se metió?"-buscaba a su compañero pero no lo encontraba.

-Espera un poco...-escuchó la voz de Erick.

-"Qué idiota, debe estar todo empapado"-abrió la puerta y encontró a su compañero y al hermano de éste besándose bajo la tormenta-. "¿Pero qué...?" Erick...

Cuando escuchó su nombre, volteó su rostro. Vio el rostro de terror y asco de su compañera pero no se separó de su hermano, sólo se quedó quieto, mientras la lluvia seguía mojándolo.

-Nadezhda...

-Ponte ropa seca y vuelve al aula-evitaba mirarlo a los ojos.

-...-Erick bajó la mirada y fue a secarse.

Iba a retirarse pero Kaleb la detuvo tomándola del brazo.

-No menciones nada al respecto.

Lo miró y sintió asco.

-Son hermanos... ¿no tienen vergüenza?-hablaba con desprecio-. Son unos enfermos como todos los Cezanelli.

-¿A qué te refieres con eso?-Kaleb no la comprendía-. "¿Cómo se atreve a juzgarnos sin saber?".

-No tengo porque darle explicaciones-se soltó-. Y si no hablo es porque me da repulsión el sólo mencionarlo-se fue corriendo-. "¿Tú también Erick? Cómo lo odio"-llegó al salón también mojada-. Profesor Alan…-éste le prestó atención-. Erick ya viene...fue a ponerse ropa seca.

-¿Y usted por qué no se va a secarse también?-le preguntaba.

Sin escucharlo fue a sentarse en su asiento.

- "Malditos... ¿por qué no se mueren todos?"-Nadezhda sólo sentía un odio injustificado que aumentaba cada vez más.





Kaleb caminaba por las calles sin rumbo mientras miraba su diploma. Se recibió de médico con honores pero se preguntaba para que le serviría en ese momento. Ese papel no los liberaría ni a él ni a Erick. No supo el motivo pero sus pies lo llevaron a las puertas del apart hotel Amanecer. Ahora que lo pensaba, había algo que podía hacer.



-No entiende, necesito ese informe ésta misma tarde-Kevin discutía por teléfono-. Tráigalo sin falta a las 9 de la noche-cortó y frotó sus sienes-. "Espero estar equivocado".

-No comprendes, no puedes entrar así-se escuchaba a Geriko nervioso.

-Debo que hablar con usted-Kaleb irrumpió en la oficina de Kevin.

-¿Y tú quién eres?-preguntó de forma calmada.

-Perdone presidente Kevin pero no pude...-Trataba de excusarse.

-No estaba hablando contigo, así que silencio-le ordenó.

-Perdón "me las vas a pagar, ésta y todas las que me haz hecho"-pensaba con resentimiento.

-Muy bien, respóndeme ¿quién eres?

-Soy Kaleb Navarro Cezanelli y he trabajado más de 5 años aquí.

-"¡Qué extraño! Tiene mi mismo apellido pero no le conocía" ya veo ¿en qué puedo ayudarte?

-Vengo a presentar mi renuncia-Dijo decidido-. Es hora de trabajar de lo que me recibí.

-Bueno...no sé que decirte...supongo que te deseo suerte, te echaremos de menos-habló aún sorprendido.

-Se lo agradezco-se dio media vuelta dispuesto a salir pero antes le dijo a Geriko-. Como ya no trabajo más aquí...haré algo que quiero hacer desde hace mucho-le golpeó el rostro con fuerza, provocando que éste cayera al suelo y saliera un poco de sangre de su boca.

-Maldito seas Kaleb-el mencionado salió tranquilamente de la oficina-. Me las pagarás ¿oíste?

-"Es un chico interesante"-Kevin sonrió sinceramente. La vibración de su celular lo sacó de sus pensamientos.

-Diga.

-Soy yo-una dulce voz se hizo escuchar.

-Espera un momento
-se descolgó el auricular por unos segundos-. Geriko, es una llamada importante, retírate.

-Sí, claro-se levantó del suelo y salió del lugar-"Maldigo el apellido Cezanelli...muy pronto todo terminará".

-Ahora sí-siguió con la llamada-no sabes cuanto te extraño.

-Yo también, es aburrido estar aquí.

-Lo sé, hubiera querido que otro fuera en tu lugar pero...

-Está bien, si soy el vicepresidente de Amanecer es normal que haga estos viajes.

-Sí pero...deseo probar otra vez tu piel-le habló en tono sensual.

-Ahhh Kevin yo también deseo que me tomes entre tus brazos y me hagas tuyo una y otra vez...-se lo escuchaba jadear.

-Entonces cuando vuelvas te consentiré.

-Ya no veo la hora en que salga el vuelo.

-¿A qué hora llegas?

-A las 11 de la noche ¿me esperas ahí?

-Por supuesto mi querido hermanito...prepárate porque te invitaré a estrenar el amanecer amándonos.

-Tengo que dejarte...te amo Kevin.

-Y yo a ti mi querido Dilan
-la comunicación terminó.








-Los números van bastante bien-Sebastian revisaba los últimos informes-. Sin embargo tendremos que trabajar toda la noche si queremos estar tranquilos.

-De acuerdo-Marco sabía que era mejor adelantarse por si había algún compromiso futuro.

-Estuve viendo nuestros avances y creo que sería conveniente una unión entre nosotros y el apart hotel Amanecer.

-¿Qué dices?-estaba sorprendido. No esperaba esa decisión de parte de su socio.

-Sería una buena unión ¿no lo crees?

-De ninguna manera-respondió rápidamente. "Si nos unimos...Sebastian sabrá de la deuda que tengo con Kevin".

-Necesitamos de una alianza así-le explicaba-. Ellos están formando un imperio bastante grande aquí...si estamos juntos armaríamos un monopolio importante en el cual saldríamos muy bien beneficiados "además sería bueno que la guerra de clanes se termine de una vez".

-No lo sé-trataba de sonar convincente-sería peligroso meternos con el clan Cezanelli.

-Pero tú eres parte de él.

-Ya no...Recuerda que mi abuelo se desligó hace mucho tiempo de esa rama del clan.

-Está bien, no insisto más-suspiró-. Estaremos bastantes ocupados hoy.

-Lo sé-Marco suspiraba aliviado-. "Un poco más y me descubre".








-Grandes pintores como Leonardo Da Vinci, han sido ejemplos de alta cultura por eso...-la profesora se vio interrumpida por el ruido de un celular-. Si es importante atienda, si no apáguelo ahora mismo.

-Lo atenderé-el alumno salió del salón y aceptó la llamada.

-¿Cómo va todo?-una voz grave le hablaba del otro lado.

-Perfecto, ya se ha entregado a mí.

-Muy bien, sigue así y recuerda tu misión.

-Por supuesto, el imperio será nuestro.
-Me encanta tu actitud, tal vez tu recompensa sea mayor cuando termine.

-Se lo agradezco.

-Eso sí, quiero resultados inmediatos no quiero esperar mucho tiempo.

-Cómo usted diga, señor Adalgiso.

-Otro día seguimos hablando, no olvides lo que estás haciendo aquí-la llamada había terminado.

El alumno volvió al aula.

-Ya está.

-Perfecto-la profesora siguió con la explicación.

-Hey-le hablaban del asiento detrás de él. ¿No me digas que "tu novio" esta vigilándote?-le preguntaba una de sus compañeras.

-¿Y qué sí así fuera? Está en todo su derecho después de todo somos los mejores amantes-respondió tranquilamente.

-Guau-otro compañero escuchó la conversación-. Así se hace Nehüen, ¡qué viva y arda la llama de la juventud!-gritaba y se ponía de piel levantando un puño.

-Daniel vuelva a su asiento-le regañó la profesora.

-Ése no cambia más-argumentó su compañera Akame.

-Ja ja ja-en el salón todos reían.

-"Yamil-kun...no sabes lo que te espera a mi lado, tu fortuna me pertenecerá"-Nehüen comenzaba a mostrar su verdadero rostro. Muchos problemas comenzaban a salir nuevamente.

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