Capítulo 6
Era hora de la salida y ni siquiera le importó que su pareja le estuviera esperando. Necesitaba ver a Erick, saber que le había pasado ya que en el instituto nadie sabía nada al respecto. Le pidió al chofer que lo acercara hasta el hospital de Tokio y cuando llegó allí se encontró con su padre. Era lo peor para Yamil, aún no sabía comportarse ante él después de lo que había pasado en la madrugada.
-"¿Qué hace mi otosan aquí? Y lo peor, con ese traje y esas rosas en su mano lo hacen tan..."-detuvo sus pensamientos cuando sintió sus mejillas arder. Para su suerte Sebastian no lo había visto así que se escondió y tomo otro camino para ver a Erick.
-Es hora de irme Erick-Anahí le avisaba que ya había terminado su turno.
-...-Erick asintió y Anahí estaba por salir de la habitación cuando un chico rubio y de ojos azules que venía corriendo se tropezó con ella.
-Perdón no sabía por donde iba-hizo una reverencia en forma de disculpa.
-Está bien, no te preocupes-la doctora siguió su camino-. "¡Qué chico más curioso!"-se fue sonriendo.
-¡Teme! ¿Qué fue lo que te pasó?-entró gritando a la habitación-me dijeron que quisiste suicidarte ¿es cierto? Sabía que eras un emo.
-Si serás dobe-suspiró-. Sólo me bajó la presión y me desmayé...eso es todo-lo último lo dijo en voz baja-. "A pesar de que eres mi amigo no puedo contarte esto...es humillante y además...sería peligroso si lo divulgas".
-Fiuuu ¡qué alivio! ¿Y cómo estás? ¿Te duele algo?-miraba a Erick por todos lados pero éste no se dejaba ver-. Pero ¡teme...muéstrame!
-¡Ya déjame!-le empujó-. Te dije que no tengo nada-hizo una mueca de fastidio-. ¿Sólo viniste a esto?
-¡Huy qué mala onda!-se arregló su uniforme de instituto que había quedado arrugado por el empujón-. Sólo quería saber como estabas-se sintió apenado.
-Bueno, estoy bien no...No hace falta que te preocupes-miraba hacia un costado-. Por cierto ¿cómo te fue ayer con el bufón?
-¡Se llama Nehüen! Y...-sé quedó pensativo-. "¿Cuento lo que pasó? Debería, es mi mejor amigo pero... ¿me entendería? Después de todo...mi padre y yo...no, no debo hablar" Resultó demasiado bien...estuvo bien...estoy bien...-dijo como si aún no se lo creyera.
-Mmmm...Bien, aunque no te veo muy contento.
-Bueno es que yo esperaba un escándalo o algo así.
-¿Ves? Eso significa que tus padres te quieren como eres...o que son muy dobes como tú-le sonrió de forma arrogante.
-¡¡Argg teme!!...gracias-sonrió sinceramente. De pronto Yamil escuchó pasos-. Espera aquí-fue a asomarse por la puerta.
-¿A dónde iría?-le preguntó irónico.
-Shhhh-vio a su padre llegar-. Wuaaaaa-cerró la puerta y fue a esconderse debajo de la cama.
-¿Qué pasó? Ni que hubieras visto un fantasma.
-Shhhh Erick cúbreme, es mi padre "todavía no puedo verlo".
-¿No era que todo había salido bien?-le cuestionó mirando debajo de la cama.
-No digas que estoy aquí-se abrazó a si mismo ocultando su rostro.
-De acuerdo-dijo mirándolo extrañado-. "¿Qué le pasa a este usuratonkachi?".
Sebastian cruzó por la puerta con un ramo de rosas rojas.
-Buenas tardes Erick ¿cómo te encuentras?-le sonrió.
-Bien supongo ¿qué hace usted aquí?-lo miraba alzando una ceja.
-Tu padre me comentó de tu desmayo y vine a verte.
-...Ya veo "Marco...maldito hipócrita...es por tu culpa que yo estoy aquí" ¿ese ramo es para mi?
-¿Eh?-miró su mano y se dio cuenta de lo que traía-. "Creí que lo había dejado en el auto. ¿Dónde tengo la cabeza?"-rió para sus adentros-. ¡Ah!...no, es para otra persona-miró su reloj-. Discúlpame si soy un poco...
-No hace falta que se disculpe-le interrumpió-. Sé muy bien que está ocupado.
-Eres muy respetuoso...bueno me voy cuídate-salió de la habitación.
-Sí, como usted diga-cuando se fue volvió a mirar debajo de la cama-. Hey usuratonkachi, tu padre ya se fue.
-Fiuuu ¡qué bien!-salió debajo de la cama-. Eso estuvo cerca, te debo una.
-Ahora me vas a decir ¿qué es lo que está pasando?-se cruzó de brazos esperando la respuesta.
-Jejejejeje-reía nervioso-. Bueno es que...es que yo...-fingió mirar su reloj-. Huy ya es muy tarde...nos vemos Erick-salió corriendo de la habitación.
-"Maldito usuratonkachi, siempre dejándome con la duda"-miró el reloj de la pared-. "Él debería estar llegando a la universidad... ¿será qué nuestros padres le harán trabajar otra vez?"-efímeras lágrimas fluían por sus mejillas-. "¿Por qué tiene que pasar esto? Kaleb...te sacrificas mucho por mi...eres demasiado noble"-las secó con su mano-. "No lo merezco"-volvió a acostarse. Necesitaba dormir.
Estaba aburrido. Se sentía adolorido, es cierto, pero quería seguir estando a su lado. Después de todo, esa mañana le dejó con las ganas.
-"Maldito aniki, tengo diecisiete años. No soy un niño"-aún así estaba contento por estar con Kevin-. "¿Qué soy para él ahora? ¿Su hermano? ¿Su amante? ¿Su novio? Eso no importa ahora, mientras esté conmigo y me corresponda un poquito de mi amor...soy feliz"-miraba a su alrededor y al ver una de las camisas de su hermano, inhaló su aroma, embriagándose-. "Estoy en tu cama ahora... ¿qué estarás haciendo tú, mi querido aniki?"-quería llamarlo pero sabía que le estaría causando muchos problemas. Sin embargo no pudo contenerse y lo llamó.
-Diga.
-Hola Kevin-le habló en un tono sensual.
-¿Dilan? "¿qué estás planeando?" ¿Pasó algo?
-Sí, soy yo...estoy reclamando un poco de atención ¿está mal?-lo último lo dijo en un tono casi infantil.
Kevin tragó saliva.
-No claro que...que no.
-Aniki te extraño...estoy acostado en tu cama...lo que daría porque estuvieras aquí, ¿Acaso…no deseas mi cuerpo una vez más?
-Dilan...me encantaría estar ahí...tocando tu piel tan suave...lamerla...chuparla...hasta saciar ésta hambre que has despertado en mi.
-¿Y por qué no vienes?
-Sabes que no puedo...-terminó de decirlo y empezó a escuchar débiles jadeos-. ¿Dilan...qué estas haciendo?
-Ahhh aniki...no puedo esperar...me siento muy caliente...mmm...siento que eres tú el que me toca.
-No me hagas esto, por favor.
-Ahhh Kevin...-Dilan gemía.
-Maldición...-miró su ocupada agenda y mandó al diablo todas sus reuniones-. Ya salgo para allá...-le cortó.
-"No pensé que sería tan fácil"-Dilan aún estaba sorprendido-. "Bueno, debe ser que está muy necesitado"-largó una carcajada al pensar eso.
Llegó a su casa un poco aturdido. Prácticamente tuvo que correr todo el día. Sin darse cuenta había apagado su celular y ya tenía 20 llamadas perdidas, al ver que casi todas eran de Nehüen se sintió mal-. "Últimamente lo estoy dejando de lado, tendría que preocuparme más por él".
Al revisar sus mensajes se sorprendió al ver uno de su padre:
"Necesito hablar contigo, ven al despacho"
Eso decía. Miró la hora y había sido enviado a las 20:39, diez minutos antes de haber llegado. Fue hasta allí y no encontró a nadie.
Su celular empezó a sonar. Era Sebastian el que llamaba.
-¿Qué sucede otosan?-preguntó temeroso, aún sentía que no debía verlo.
-Búscame en mi habitación, necesito que estés aquí-su tono de voz era severo-. ¿Entendiste Yamil?
-Sí otosan-colgó y subió lentamente las escaleras.
Sentía miedo y lo reconocía. Todavía recordaba lo que había sucedido, era el mismo tono que había usado antes de haberle besado y tocado.
-"¿Y si se arrepintió? No...Si es así no lo soportaré...moriría de la desilusión"-abrió la puerta y en la oscura habitación no halló a nadie pero había una nota sobre la cama.
"Hay una persona importante que no está aquí, si la descubres...hablaremos"
No entendía el significado de tantos mensajes.
-"¿A qué estas jugando otosan? Esto no me gusta"-pensó por bastante tiempo-. "¿Quién sería? ¿La gente de servicio? No, es común que a veces no estén en la casa... ¿quién podría ser?"-no sabía la respuesta pero luego de unos minutos, aún dudando, respondió-. Es… ¿mi okasan?
-Así es-salió de las penumbras.
-Wuaaaa-Yamil gritó-. Me asustaste.
-Lo siento, Yamil-kun-dijo sonriéndole.
-Ufff-infló los cachetes-. ¿Qué pasó con mamá?
-Salió de viaje al exterior-mientras que hablaba rodeaba la cama-. Fue en mi lugar-sacó unos pétalos de la mesa de luz y los dejó caer en la cama.
-¿Por qué haces esto?-preguntó confundido-. "Sebastian cada vez te entiendo menos".
-Porque deseaba estar a solas contigo-se acercó hasta Yamil y acarició su rostro-. No puedo esperar más.
-Otosan...-bajó su mirada. Siempre deseó que su padre lo deseara pero ahora sentía el peso de la culpa-. Pero... ¿acaso ya no amas a mamá?
-La amo...-delineó los labios de su hijo con sus dedos-. La amo por haber traído a mi vida a tan maravilloso ángel-besó su frente y descendió hasta llegar a sus labios. Yamil aún sentía mucha confusión pero se dejó llevar por los besos de su padre.
Una hermosa mujer, de cabello rubio y lacio que le llegaba hasta la cintura y de ojos verdes violáceos, se encontraba revisando unos papeles hasta que escuchó que golpeaban su puerta.
-Entre-frente a ella aparecía Anahí, una de sus mejores médicas.
-¿Requería mi presencia, Princesa Esther?-antes de volver a casa, la médica y directora del hospital debían hablar.
-Llegas temprano como siempre, hay algo que quiero pedirte-le hablaba en tono serio y dejando a un lado los papeles que estaba a su lado.
-Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?
-Sé que mañana es tu día libre, pero...-no habló por unos segundos-. Pero necesito que hagas la guardia de mañana, estamos cortos de personal y...
-No hace falta que diga más-le interrumpió-. Estaré aquí mañana, no se preocupe-Anahí estaba emocionada-. "Si me lo hubiera pedido cuando recién llegué, no hubiera aceptado. Pero ahora que ese niño está aquí....no puedo creer que deje a un lado mi descanso por ese chico que apenas conozco"-sonrió de manera dulce como siempre.
-Gracias Anahí, me has solucionado muchos problemas-se relajó en su asiento.
-Si es sólo eso, me retiro, tengo que descansar antes de mi guardia-hizo una reverencia e iba a salir pero Esther aún necesitaba hablar con ella.
-Espera...-Anahí se volteó-. Sabes que perteneces a nuestra familia ¿no es verdad?-la médica asintió-. Es peligroso que sigas viendo a Kevin por eso...
-Esther...tranquila...yo...tengo muy en claro que soy parte de su clan...por eso...-unas pequeñas lágrimas caían-. Ya no veré más a Kevin Cezanelli-sentenció.
-Has tomado la decisión correcta-sonrió-. Ahora puedes irte.
-Con su permiso-cerró la puerta y suspiró-. "Sabía que un día iba a tener que decir eso....pero no pensé que fuera tan pronto"-se alejó rumbo a su hogar.
Era hora de la salida y ni siquiera le importó que su pareja le estuviera esperando. Necesitaba ver a Erick, saber que le había pasado ya que en el instituto nadie sabía nada al respecto. Le pidió al chofer que lo acercara hasta el hospital de Tokio y cuando llegó allí se encontró con su padre. Era lo peor para Yamil, aún no sabía comportarse ante él después de lo que había pasado en la madrugada.
-"¿Qué hace mi otosan aquí? Y lo peor, con ese traje y esas rosas en su mano lo hacen tan..."-detuvo sus pensamientos cuando sintió sus mejillas arder. Para su suerte Sebastian no lo había visto así que se escondió y tomo otro camino para ver a Erick.
-Es hora de irme Erick-Anahí le avisaba que ya había terminado su turno.
-...-Erick asintió y Anahí estaba por salir de la habitación cuando un chico rubio y de ojos azules que venía corriendo se tropezó con ella.
-Perdón no sabía por donde iba-hizo una reverencia en forma de disculpa.
-Está bien, no te preocupes-la doctora siguió su camino-. "¡Qué chico más curioso!"-se fue sonriendo.
-¡Teme! ¿Qué fue lo que te pasó?-entró gritando a la habitación-me dijeron que quisiste suicidarte ¿es cierto? Sabía que eras un emo.
-Si serás dobe-suspiró-. Sólo me bajó la presión y me desmayé...eso es todo-lo último lo dijo en voz baja-. "A pesar de que eres mi amigo no puedo contarte esto...es humillante y además...sería peligroso si lo divulgas".
-Fiuuu ¡qué alivio! ¿Y cómo estás? ¿Te duele algo?-miraba a Erick por todos lados pero éste no se dejaba ver-. Pero ¡teme...muéstrame!
-¡Ya déjame!-le empujó-. Te dije que no tengo nada-hizo una mueca de fastidio-. ¿Sólo viniste a esto?
-¡Huy qué mala onda!-se arregló su uniforme de instituto que había quedado arrugado por el empujón-. Sólo quería saber como estabas-se sintió apenado.
-Bueno, estoy bien no...No hace falta que te preocupes-miraba hacia un costado-. Por cierto ¿cómo te fue ayer con el bufón?
-¡Se llama Nehüen! Y...-sé quedó pensativo-. "¿Cuento lo que pasó? Debería, es mi mejor amigo pero... ¿me entendería? Después de todo...mi padre y yo...no, no debo hablar" Resultó demasiado bien...estuvo bien...estoy bien...-dijo como si aún no se lo creyera.
-Mmmm...Bien, aunque no te veo muy contento.
-Bueno es que yo esperaba un escándalo o algo así.
-¿Ves? Eso significa que tus padres te quieren como eres...o que son muy dobes como tú-le sonrió de forma arrogante.
-¡¡Argg teme!!...gracias-sonrió sinceramente. De pronto Yamil escuchó pasos-. Espera aquí-fue a asomarse por la puerta.
-¿A dónde iría?-le preguntó irónico.
-Shhhh-vio a su padre llegar-. Wuaaaaa-cerró la puerta y fue a esconderse debajo de la cama.
-¿Qué pasó? Ni que hubieras visto un fantasma.
-Shhhh Erick cúbreme, es mi padre "todavía no puedo verlo".
-¿No era que todo había salido bien?-le cuestionó mirando debajo de la cama.
-No digas que estoy aquí-se abrazó a si mismo ocultando su rostro.
-De acuerdo-dijo mirándolo extrañado-. "¿Qué le pasa a este usuratonkachi?".
Sebastian cruzó por la puerta con un ramo de rosas rojas.
-Buenas tardes Erick ¿cómo te encuentras?-le sonrió.
-Bien supongo ¿qué hace usted aquí?-lo miraba alzando una ceja.
-Tu padre me comentó de tu desmayo y vine a verte.
-...Ya veo "Marco...maldito hipócrita...es por tu culpa que yo estoy aquí" ¿ese ramo es para mi?
-¿Eh?-miró su mano y se dio cuenta de lo que traía-. "Creí que lo había dejado en el auto. ¿Dónde tengo la cabeza?"-rió para sus adentros-. ¡Ah!...no, es para otra persona-miró su reloj-. Discúlpame si soy un poco...
-No hace falta que se disculpe-le interrumpió-. Sé muy bien que está ocupado.
-Eres muy respetuoso...bueno me voy cuídate-salió de la habitación.
-Sí, como usted diga-cuando se fue volvió a mirar debajo de la cama-. Hey usuratonkachi, tu padre ya se fue.
-Fiuuu ¡qué bien!-salió debajo de la cama-. Eso estuvo cerca, te debo una.
-Ahora me vas a decir ¿qué es lo que está pasando?-se cruzó de brazos esperando la respuesta.
-Jejejejeje-reía nervioso-. Bueno es que...es que yo...-fingió mirar su reloj-. Huy ya es muy tarde...nos vemos Erick-salió corriendo de la habitación.
-"Maldito usuratonkachi, siempre dejándome con la duda"-miró el reloj de la pared-. "Él debería estar llegando a la universidad... ¿será qué nuestros padres le harán trabajar otra vez?"-efímeras lágrimas fluían por sus mejillas-. "¿Por qué tiene que pasar esto? Kaleb...te sacrificas mucho por mi...eres demasiado noble"-las secó con su mano-. "No lo merezco"-volvió a acostarse. Necesitaba dormir.
Estaba aburrido. Se sentía adolorido, es cierto, pero quería seguir estando a su lado. Después de todo, esa mañana le dejó con las ganas.
-"Maldito aniki, tengo diecisiete años. No soy un niño"-aún así estaba contento por estar con Kevin-. "¿Qué soy para él ahora? ¿Su hermano? ¿Su amante? ¿Su novio? Eso no importa ahora, mientras esté conmigo y me corresponda un poquito de mi amor...soy feliz"-miraba a su alrededor y al ver una de las camisas de su hermano, inhaló su aroma, embriagándose-. "Estoy en tu cama ahora... ¿qué estarás haciendo tú, mi querido aniki?"-quería llamarlo pero sabía que le estaría causando muchos problemas. Sin embargo no pudo contenerse y lo llamó.
-Diga.
-Hola Kevin-le habló en un tono sensual.
-¿Dilan? "¿qué estás planeando?" ¿Pasó algo?
-Sí, soy yo...estoy reclamando un poco de atención ¿está mal?-lo último lo dijo en un tono casi infantil.
Kevin tragó saliva.
-No claro que...que no.
-Aniki te extraño...estoy acostado en tu cama...lo que daría porque estuvieras aquí, ¿Acaso…no deseas mi cuerpo una vez más?
-Dilan...me encantaría estar ahí...tocando tu piel tan suave...lamerla...chuparla...hasta saciar ésta hambre que has despertado en mi.
-¿Y por qué no vienes?
-Sabes que no puedo...-terminó de decirlo y empezó a escuchar débiles jadeos-. ¿Dilan...qué estas haciendo?
-Ahhh aniki...no puedo esperar...me siento muy caliente...mmm...siento que eres tú el que me toca.
-No me hagas esto, por favor.
-Ahhh Kevin...-Dilan gemía.
-Maldición...-miró su ocupada agenda y mandó al diablo todas sus reuniones-. Ya salgo para allá...-le cortó.
-"No pensé que sería tan fácil"-Dilan aún estaba sorprendido-. "Bueno, debe ser que está muy necesitado"-largó una carcajada al pensar eso.
Llegó a su casa un poco aturdido. Prácticamente tuvo que correr todo el día. Sin darse cuenta había apagado su celular y ya tenía 20 llamadas perdidas, al ver que casi todas eran de Nehüen se sintió mal-. "Últimamente lo estoy dejando de lado, tendría que preocuparme más por él".
Al revisar sus mensajes se sorprendió al ver uno de su padre:
"Necesito hablar contigo, ven al despacho"
Eso decía. Miró la hora y había sido enviado a las 20:39, diez minutos antes de haber llegado. Fue hasta allí y no encontró a nadie.
Su celular empezó a sonar. Era Sebastian el que llamaba.
-¿Qué sucede otosan?-preguntó temeroso, aún sentía que no debía verlo.
-Búscame en mi habitación, necesito que estés aquí-su tono de voz era severo-. ¿Entendiste Yamil?
-Sí otosan-colgó y subió lentamente las escaleras.
Sentía miedo y lo reconocía. Todavía recordaba lo que había sucedido, era el mismo tono que había usado antes de haberle besado y tocado.
-"¿Y si se arrepintió? No...Si es así no lo soportaré...moriría de la desilusión"-abrió la puerta y en la oscura habitación no halló a nadie pero había una nota sobre la cama.
"Hay una persona importante que no está aquí, si la descubres...hablaremos"
No entendía el significado de tantos mensajes.
-"¿A qué estas jugando otosan? Esto no me gusta"-pensó por bastante tiempo-. "¿Quién sería? ¿La gente de servicio? No, es común que a veces no estén en la casa... ¿quién podría ser?"-no sabía la respuesta pero luego de unos minutos, aún dudando, respondió-. Es… ¿mi okasan?
-Así es-salió de las penumbras.
-Wuaaaa-Yamil gritó-. Me asustaste.
-Lo siento, Yamil-kun-dijo sonriéndole.
-Ufff-infló los cachetes-. ¿Qué pasó con mamá?
-Salió de viaje al exterior-mientras que hablaba rodeaba la cama-. Fue en mi lugar-sacó unos pétalos de la mesa de luz y los dejó caer en la cama.
-¿Por qué haces esto?-preguntó confundido-. "Sebastian cada vez te entiendo menos".
-Porque deseaba estar a solas contigo-se acercó hasta Yamil y acarició su rostro-. No puedo esperar más.
-Otosan...-bajó su mirada. Siempre deseó que su padre lo deseara pero ahora sentía el peso de la culpa-. Pero... ¿acaso ya no amas a mamá?
-La amo...-delineó los labios de su hijo con sus dedos-. La amo por haber traído a mi vida a tan maravilloso ángel-besó su frente y descendió hasta llegar a sus labios. Yamil aún sentía mucha confusión pero se dejó llevar por los besos de su padre.
Una hermosa mujer, de cabello rubio y lacio que le llegaba hasta la cintura y de ojos verdes violáceos, se encontraba revisando unos papeles hasta que escuchó que golpeaban su puerta.
-Entre-frente a ella aparecía Anahí, una de sus mejores médicas.
-¿Requería mi presencia, Princesa Esther?-antes de volver a casa, la médica y directora del hospital debían hablar.
-Llegas temprano como siempre, hay algo que quiero pedirte-le hablaba en tono serio y dejando a un lado los papeles que estaba a su lado.
-Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?
-Sé que mañana es tu día libre, pero...-no habló por unos segundos-. Pero necesito que hagas la guardia de mañana, estamos cortos de personal y...
-No hace falta que diga más-le interrumpió-. Estaré aquí mañana, no se preocupe-Anahí estaba emocionada-. "Si me lo hubiera pedido cuando recién llegué, no hubiera aceptado. Pero ahora que ese niño está aquí....no puedo creer que deje a un lado mi descanso por ese chico que apenas conozco"-sonrió de manera dulce como siempre.
-Gracias Anahí, me has solucionado muchos problemas-se relajó en su asiento.
-Si es sólo eso, me retiro, tengo que descansar antes de mi guardia-hizo una reverencia e iba a salir pero Esther aún necesitaba hablar con ella.
-Espera...-Anahí se volteó-. Sabes que perteneces a nuestra familia ¿no es verdad?-la médica asintió-. Es peligroso que sigas viendo a Kevin por eso...
-Esther...tranquila...yo...tengo muy en claro que soy parte de su clan...por eso...-unas pequeñas lágrimas caían-. Ya no veré más a Kevin Cezanelli-sentenció.
-Has tomado la decisión correcta-sonrió-. Ahora puedes irte.
-Con su permiso-cerró la puerta y suspiró-. "Sabía que un día iba a tener que decir eso....pero no pensé que fuera tan pronto"-se alejó rumbo a su hogar.