I´ve Got You Under my skin

I´ve Got You Under my skin
Kaleb y Erick (hermanos Navarro Cezanelli)

sábado, 15 de enero de 2011

I've got you under my skin

Capítulo 2















En el piso superior de un exclusivo apartamento en una de las mejores áreas de la ciudad, una chica de 13 años, cabellos castaños y ojos del mismo color se preparaba para ir al instituto. Cuando descendía por las escaleras se encontró con la escena que más odiaba. Su único familiar hablaba muy cariñosa por teléfono. No le molestaba que ella tuviera pareja pero ¿tenía que ser él?






-No te preocupes, después de mi turno estaré ahí-su tía era joven y una de las mejores médicas que hay en Temptress, podría tener a cualquiera y el sólo verla hablando con ese hombre le ponía los pelos de punta-. Te mando muchos besos, hasta un rato, sí....chau Kevin-su pareja era Kevin Cezanelli, uno de los principales dueños de Amanecer, uno de los hoteles más importantes del país. Un hombre exitoso y de mucho dinero sin embargo a Nadezhda le irrita la idea que ese apellido se una con el suyo-. Nadezhda ¿por qué te ves tan molesta, qué sucede?






-¿Eh? ¡Ah! perdón Anahí, tú sabes que me molesta que estés hablando con...bueno...ese-Nadezhda, como siempre, fue directa con sus pensamientos pero cuando se dio cuenta de lo que dijo se ruborizó por completo.






-¡Qué tierna!-la abrazó y cuando la soltó le desordenó un poco el pelo-. ¿Te molesta que tenga pareja?






-No es eso, me molesta que sea un Cezanelli.






-Pero...tú tienes un compañero con ese apellido ¿verdad?






-Es su segundo apellido…aún así, más allá de eso….por eso te lo digo...no son más que unos seres orgullosos de sí mismos, argghh me molesta.






-¿No será que estas celosa? porque por lo que sé Erick es el mejor amigo de Yamil-al escuchar ese nombre, Nadezhda se puso colorada y desvío la mirada.






-No sé de que hablas-se subió la mochila al hombro-. Me voy porque se me hace tarde.










-¿No quieres que te acerque?














-No hace falta, adiós-se marcho prácticamente corriendo.






-Mi niña está creciendo-Anahí sonrió.


















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Gea.






Este hermoso mundo ha aprendido todo gracias al espejo.






Sólo puedes encontrarlo en las catedrales a menos que seas alguien de mucho dinero.


Gea tiene un solo país dividido en 13 distritos…Temptress, que no discrimina idiomas, ya que todos hablan un lenguaje unificado que han adoptado gracias al espejo.


Pero en estos momentos no estamos hablando de nuestro maravilloso mundo sino de Aoi. Uno de los institutos más importantes del país. Sólo asisten las familias con mejor posición económica del país. Muchos son los alumnos que estudian en este prestigioso lugar. Una academia que explota tus talentos más ocultos, sin duda cualquiera daría lo que sea por asistir.


Era hora de la última clase del día sin embargo el profesor aún no llegaba lo cual los alumnos aprovechaban para hablar entre ellos o utilizar sus celulares, los cuales estaban prohibidos dentro del establecimiento. Erick, sin embargo, se encontraba rezando en la catedral del instituto.


-Por favor…-estrujaba entre sus manos el collar de su hermano-. Hazme olvidar esto que siento…-una lágrima caía de sus oscuros ojos-. Ya no soporto más…


-¿Por qué tan afligido, hijo?-el padre apreció detrás de él, poniendo su mano sobre el hombro del menor.


-Padre Salazar…- se paró del asiento-. No sabía que estaba por aquí….-secó su lágrima con su mano.


-Siempre estoy aquí…-acarició sus cabellos-. ¿Necesitas confesarte?


-No…gracias padre-bajó la mirada-. Estoy bien.


-Mmmm-lo miró de reojo-. Eres…Navarro Cezanelli ¿no es así?


-¡Ah!...-levantó la mirada-. ¿Cómo lo sabe?


-Te he visto dando el discurso de comienzo de año.


-Ah….ya veo…-volvió a bajar la mirada.


-Hijo mío…-Erick le prestó atención-. ¿Quieres ver lo que hay al otro lado del espejo?


-¿Es posible eso?-lo veía ilusionado-. Pero ¿no tendrá problemas?


-No te preocupes por eso-le ofreció una sonrisa cálida-. Acompáñame.


Caminaron por un largo pasillo que se encontraba detrás de la administración de la catedral. Era húmedo y oscuro pues, según el padre, era lo mejor para que las imágenes pudieran verse nítidas. Era bastante largo y por un momento creyó que no tenía fin hasta que llegaron a una puerta antigua de madera.


-¿Es aquí?-preguntó.


-Estás en lo correcto…-abrió la puerta con una plateada llave pequeña. Hizo un ruido ensordecedor y una luz intensa salía de su interior.


Cuando pudo abrir los ojos ahí estaba. Cubría la pared que tenía en frente en su totalidad.


-Es inmenso…-dijo asombrado.


-Dije lo mismo cuando lo vi…-puso sus manos sobre sus hombros-. Te dejo un momento para que puedas ver tu reflejo.


El padre Salazar salió de la habitación. Erick no sabía que hacer, sólo veía ciudades pero no se veía a él mismo.


Por inercia fue acercándose hasta que la distancia entre él y el espejo era de unos 50 cm. Lo tocó con su mano derecha y al fin pudo ver su reflejo.


-Es increíble…-se miró de arriba abajo. Había diferencias, el rostro de su reflejo estaba más despejado que el suyo y era de un color mucho más claro al de su negro azabache, además de que era mas corto. No le desagradaba en lo absoluto pero verse así provocó que retrocedieran unos pasos.


Pudo notar que su reflejo se movía y salía de su habitación. El espejo mostraba sus acciones como si fuera una cámara filmadora que lo seguía a todos lados.


Al parecer llevaba una vida normal como la suya. Iba al instituto, tenía amigos, parecía lo mismo…excepto por un detalle: no veía a su familia. Empezaba a desesperarse y su reflejo también. Veía como éste corría sin descanso hasta que llegó a su hogar.


Traspasó la puerta y logró divisar un altar. En él, se encontraba una fotografía, al parecer eran sus padres, y unas gardenias recién colocadas como ofrenda.


-Mi reflejo… ¿es huérfano?- subió por las escaleras y encontró tres habitaciones.


La primera de ellas era la suya, supuso por sus fotos y por el material escolar. La segunda era de sus padres fallecidos, sólo estaba la cama matrimonial vacía y se sentía un aire de soledad por todo ese lugar. Llegó a la tercera y sintió un gran temor.


-¿Y si….tampoco tengo hermano? Un mundo sin Kaleb sería terrible para mí-cerró los ojos un momento y abrió la puerta. No había nadie, pero había muchos libros y carpetas, normales para un estudiante. Tomo una de las carpetas y ahí estaba anotado el nombre de su hermano como el propietario. Suspiró aliviado.


-¿Qué haces aquí?- se dio vuelta y tenía enfrente al reflejo de Kaleb. También era diferente, su color negro era mucho mas intenso, sus ojos eran completamente oscuros y su cabello era mucho más largo. Retrocedió unos pasos cuando el mayor se acercó a él.


-Hermano…-cayó sentado sobre la cama y su hermano estaba frente a el mirándolo desde arriba.


-Te dije que no entres así…sabes que me preocupa no verte en tu habitación cuando llego de la Facultad.


-Lo siento…-dijo en un susurro.


-¿Cómo puedes ser tan hermoso?....-de un momento a otro, el reflejo de Kaleb se posesionó de sus labios y vio como su propio reflejo le correspondía con pasión.


-“No puede ser”-Erick estaba sorprendido. Jamás pensó que hasta en el espejo amara a su propio hermano.


-¿Y cómo te fue?-el padre apareció de repente-. ¿No pudiste ver tu reflejo?


-¿Qué?-giró su rostro y vio que el espejo volvía a mostrar la ciudad-. “Tal vez, esto es mejor” No…no vi nada.


-Es una lastima, creí que con eso levantaría tu animo.


-No se preocupe padre, como le dije antes, estaré bien-empezó a caminar-. ¿Podemos irnos?….aún falta para volver a casa y quiero ver a mis amigos.


-De acuerdo-el padre cerró la puerta con llave nuevamente y volvieron a la catedral.


En el camino, Erick no pudo evitar sentirse mal.


-“Estoy maldito….”-bajó la mirada provocando que sus hermosos ojos no se vieran-. “¿Por qué no puedo dejar de sentir esto?”-apretó con fuerza la el collar con la cruz que Kaleb le había regalado y dejó caer una efímera lágrima.






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-Erick…-Yamil lo encontró sentado en el suelo frente a la puerta de su salón. Se sentó a su lado pero no dijo ninguna palabra. El silencio era demasiado incómodo hasta que decidió romperlo.






-¡Hey!-le sacudió un poco pero no le hacia caso-. ¡Teme!-cuando escucho el insulto característico de su amigo, Erick le miró-. ¿Qué pasó ahora? Te estuve buscando todo el día. Me asustaste.






-Me molesta el ruido-suspiró fastidiado-. Así que fui a la catedral un momento. Me gustaría estar en casa.






-Sí yo también... ¿y sí nos vamos?






-¿Eres un idiota o qué? Sí se enteran nos castigarán y tú ya tienes demasiadas faltas...-Erick se quedó pensando unos segundos-. Vamos al techo-se levantó y se fue corriendo.






-¡Teme!-lo siguió-. ¡No perderé!










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Las clases habían terminado. Nadezhda fue a buscar a Yamil ya que lo habían venido a buscar. Lo encontró en el techo y para su desgracia Erick lo estaba acompañando.


-¿Y al final les vas a presentar a tus padres a la copia barata?-se quedó escuchando detrás de la puerta que daba al techo.






-¡Su nombre es Nehüen! Y respeta a mi pareja.






-"¿Pareja? No puede ser"-Nadezhda ahogó su tristeza con sus manos. La única persona que le interesaba jamás le correspondería y eso la lastimaba. Sí no fuera porque debía avisarle que lo estaban esperando se hubiera ido.






-Sí lo que digas, hoy lo presentarás formalmente ¿verdad?






-Sí...-suspiró-Erick, dime que estarás ahí para apoyarme, no sé como reaccionen mis padres.






-Obligadamente tengo que ir a la reunión de tú familia ¡tsk! No tengo opción.






-Gracias...-dijo apenado.






-Yamil...vinieron a buscarte-Nadezhda trataba de no mostrar su angustia.






-Gracias por avisarme Nade-chan, nos vemos Erick.






-Sí claro-Yamil se fue y Nadezhda estaba bajando cuando Erick le habló-. Estas rara ¿por qué?






-¡¿A ti que te importa?! Déjame en paz Cezanelli-salió corriendo cuando sintió que sus lágrimas escapaban de sus ojos.














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Son las diez de la noche, ya era hora de la reunión en la casa Duchon en donde se festejaba los progresos de la unión de las empresas familiares de los Duchon y de los Navarro. Las dos especializadas en el turismo y en los viajes.


En el transcurrir de la noche, Solange Cezanelli y Marco Navarro llegaron pero sin la compañía de sus hijos.






-Erick se sintió mal y no pudo venir, Kaleb se quedó cuidándolo-esas fueron las palabras de la madre de su amigo. Yamil no comprendía, en el instituto se veía perfecto. Además, por más mal que se sintiera, él no dejaría sólo a su amigo de toda la vida. Algo raro estaba pasando y se lo preguntaría el día de mañana en el instituto. A las doce de la noche su novio llegó con su particular sonrisa.






-Mamá, papá...esto es difícil pero se los diré...él es Nehüen Wertheim y estamos saliendo como pareja.






Sebastián sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. No podía ser que su niño estuviera con alguien. ¿Qué significaban esas provocaciones entonces? ¿Simplemente estaba jugando con él? El dolor era inmenso y casi no lo soportaba.






-Es sorpresivo pero te apoyamos en todo Yami-chan ¿no es así querido?






-¿Eh? A sí, por supuesto todo sea por tu felicidad.






-Gracias… “¿Ni siquiera teniendo un rival reaccionas? No, soy yo el que no quiere reaccionar. Soy tú hijo y está mal lo que siento ¿verdad papá?”-Yamil bajó la cabeza triste. Creyó que con esto su padre se mostraría más celoso e incluso esperaba que se opusiera a la relación pero no, ahí estaba hablando animadamente con su pareja y dándole la bienvenida a la familia, eso lo puso peor.






-Perdón, no me siento bien...me iré a acostar.






-De acuerdo Yamil-kun nos vemos mañana-le dio un casto beso en los labios y ambos se retiraron.














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El dolor de cabeza era insoportable y no tuvo más remedio que levantarse. No tenía idea de la hora pero debía ser muy tarde porque todo estaba a oscuras y silencioso. Fue hasta la cocina y como le daba pena despertar a sus sirvientes a esa hora sólo tomó un poco de leche directamente del cartón. Yamil no era consciente que esa acción tan simple sería tomada como una provocación por parte de otra persona que se había acercado a él.






-¿No puedes dormir?-Sebastián habló de repente y provocó que su hijo brincará del susto.










-¡Ah! me asustaste, vi una sombra y creí que era un fantasma.






-Lo siento, yo tampoco puedo dormir-fue hasta el refrigerador y sacó una botella de sake la cual bebió del pico.






-¿Tomas sake a esta hora?






-Sígueme, tenemos que hablar de algo importante –Sebastián le habló con un tomo tan serio que no pudo negarse. Le siguió hasta el estudio donde le hizo sentarse mientras su padre cerraba la puerta con llave. El menor comenzaba a asustarse y no podía descifrar la expresión de su padre, parecía como ido y no le hablaba.


Después de un largo tiempo de silencio, Sebastián se quedó parado en frente de Yamil y le reprochó.






-¿Por qué no me dijiste que tenías novio?






-¿Qué? Como si te importara-lo dijo sin darse cuenta.






-Claro que me importa, eres mi hijo.






-Sí claro...tu hijo-Yamil se levantó con intenciones de irse pero Sebastián lo detuvo del brazo-. Suéltame.






-No, no escaparás de mi-lo sujetó de ambos brazos y unió sus labios con los de su hijo en un demandante beso.






Yamil tardó en darse cuenta lo que estaba sucediendo.






-“¡Mi padre me esta besando! ¿Esto es un sueño o no?, no lo se pero no puedo resistirme a los dulces labios que están sobre los mi”.


Le respondía tímidamente y ante está respuesta, Sebastián le soltó los brazos y profundizó el contacto. Sus lenguas se entrelazaban de una manera deliciosa mientras el mayor lo iba guiando hasta el escritorio donde lo obligó a sentarse mientras repartía besos por su cuello.






-Él no podrá hacerte sentir lo mismo que yo.






-Ahhhh detente- lo despojó de su camisa y se dedicó a lamer los botoncitos rosas que se erectaron con el mínimo rose.






-Te ves tan tierno....mi dulce....dulce Yamil-le bajó los pantalones junto con la ropa interior y comenzó a estimular el miembro del pequeño.






-Mmmm papá basta, ahhh esto mmm está mal.






-Lo sé pero no puedo evitarlo...pídeme lo que quieras pero no que deje de amarte-le chupó el cuello con fuerza hasta dejarle la marca de la pasión que ya no podía contener. Yamil se encontraba completamente ruborizado y no lograba reprimir los gemidos que se escapaban de sus labios.






-Ahhh pero tú eres mi padre y yo soy tu hijo ahhh esto es...






-Incesto-le interrumpió-. Lo sé pero eres lo más importante para mi-descendió hasta su entrepierna y lamió la punta apenas logrando espasmos en el menor-. T e amo Yamil....entrégame tu corazón por favor-sin darle tiempo a responder introdujo el miembro de su hijo en la boca y lo succionó con fuerza hasta que el menor no pudo más y expulsó su semilla, la cual Sebastián tragó y saboreo sin asco porque para él, todo lo que viniera de su Yamil era delicioso y digno de un ángel corrompido.






-Papá ¿qué hicimos? Mamá y Nehüen…él es…es mi...mi…






-¡No me hables de él...!-le gritó pero al instante se calmó-. Te amo Yamil...sé que no puedo pedirte que me seas fiel ya que nuestra relación en prohibida pero...prométeme que mientras estés con él pensaras en mi.






-Papá...yo también te amo y no hay día que no piense en ti-Yamil le dio un tierno beso y le dijo al oído-. Por favor...sé el primero-apenas si podía ver a su padre, la vergüenza lo invadía.






-Lo siento pero está noche no será...quiero que tu primera vez sea especial-al igual que su hijo se acercó a su oído-. Quiero que grites mi nombre-chupó el lóbulo de su oreja llenándolo de saliva.






-Ahhh yo...-no pudo seguir hablando porque el sueño lo venció.






-Eres tan tierno-le arregló sus ropas y lo acostó en su cama-. En verdad eres un ángel-le dio un beso en la frente y fue a acostarse.






















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-Buaaaaa-Yamil se levanto tarde como siempre-. No llego, no llego-bajó rápido las escaleras y en tiempo récord tomó su desayuno.






-Espera Yami-kun ¿no te llevas tu almuerzo?-Su madre le alcanzaba su almuerzo.






-Gracias mamá ¿y papá?-preguntó al no verlo en la cocina.






-Ya se fue a la oficina ¿sucede algo?






-¿Eh?-Yamil se sonrojó al recordar lo que hicieron en la madrugada-. No pasa nada-por inercia vio el reloj de la cocina-. Buaaaa llego tarde-salió corriendo de la cocina hasta el patio donde una limosina lo esperaba como todos los días.


















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-Ah llegue...ah-nuestro rubio llegó agitado al aula.






-¡Qué bien Yamil!-una chica de pelo negro y ojos grises le felicitó.






-Gracias Antonina ¿ah?... y… ¿Erick y Nadezhda?-preguntó al darse cuenta que no estaban.






-No llegaron aún.






-¡Qué extraño!-al terminar la frase el profesor Martín entró al salón.






-¡Hola chicos! Ayer me perdí y bueno...






-¡¡Deja de mentirnos tan descaradamente!!-una chica le gritaba-. ¡Siempre lo mismo! Eres un desastre como profesor.






-Sami-chan...-a Yamil se le calló una gota de la cabeza.






-En fin...esto es algo extraño pero me informaron que Erick Navarro Cezanelli se encuentra internado.






-¡¿Qué?!-fue el grito de la mayoría de las chicas.






-Al parecer intento suicidarse anoche.










-No puede ser-Yamil se quedó helado al escuchar lo que dijo su profesor. El Erick que conoce no es así, algo extraño estaba ocurriendo y por el bien de su amigo lo averiguaría.






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